NOCHE 1
Nueve de la noche saliendo del aeropuerto Alfredo Rodríguez Ballón, estaba lloviendo con cierta neblina y hacía bastante frío, aquí pensé "fuck, me voy a congelar" porque no había llevado nada para abrigarme. Con cierto miedo porque no conocía, tomé un taxi que según yo era confiable, antes había intentado con el Beat pero aún no llega allá, así que me embarqué le di la dirección del hotel y con el nombre de Dios iba siguiendo mi ruta por google maps. Estaba muy nerviosa pero a la vez muy entusiasmada. Una ciudad y lugares nuevos por conocer y a todo eso hay que sumarle que le iba a ver a él, después de casi un mes aproximadamente, quería ya tenerlo entre mis brazos, nadar en su perfume y hundirme en él, lo extrañaba demasiado.
Aunque la distancia no ha sido del todo mala, lo he visto como un reto, una prueba para ambos, para mi es algo duro dado mis antecedentes, pero estoy convencida que todo se puede y que a demás esto es solo temporal, solo Dios y él lo sabrán. Pero no puede negarse todas las cosas que ya no hacemos juntos, confieso que a veces el dormir me cuesta y tengo que hacerle la garrapata a una almohada, y justo a pasado una semana desde que nos vimos pero aquí y ahora te vuelvo a extrañar.
Estaba un poco angustiada porque estaba por mi cuenta en esta ciudad y en plena noche, de paso que en los últimos días me había estado sintiendo mal de mi estómago y temía que lo que comiera me fuera a caer mal, sin olvidarnos del coronavirus recién empezando a causar pánico y confusión en la población. Llegué al hotel Parra Inn la señora muy amable me acomodó en la habitación, la chequeé prendí la tv y bueno decidí que tenía que salir por algo de comida y bueno, aunque el centro se veía cerca eran unas cuantas cuadras por caminar, estaba volviendo a llover y ya casi las 10 pm, igual aposté por mi espíritu aventurero y bueno cuando venía en el taxi vi varios lugares abierto así que podría encontrar algo para cenar, tuve suerte y encontré un restaurante, vacío medio sospechoso pero en su letrero decía pollo a la plancha que era lo que estaba buscando, fui y la verdad que por 10 soles comí súper rico y bueno algo saludable también.
Al regreso, estaba lloviendo hacía mucho más frío y todo absolutamente todo estaba solo, ya no había gente como hace quizás 35 mins, apuré mi paso y cuando estoy ya en la avenida del hotel un chico desconocido se me acerca y me ofrece algo, yo realmente lo ignoré y nunca me detuve solo pude escuchar que me dijo algo referente a un pitillo así que asumí que vendería drogas...justo en la puerta del hotel la señora que me recibió me regañó por estar sola a esa hora en la calle y pues le dije que tenía hambre, se rió y yo me fui a la habitación 206. Encendí la tv y pasaban Los Simpsons, estuve viendo un rato hasta que me dispuse a desempacar, quería pero a la vez no dormir, estaba muy entusiasmada y más que todo ansiosa porque mañana te vería. Mientras que estuvimos hablando y luché con mi sueño por no dormirme, me ganó Morfeo y tuve que rendirme.
DÍA 1 y NOCHE 2
Desperté muy temprano como a eso de las seis y algo de mañana, pero ¿qué iba hacer tan temprano? así que volví a dormir, me quedé dormida con la tv encendida, eso mi hizo sentir que estaba en mi casa, en Maracaibo, siempre dejaba mi tv encendida, en realidad la programaba para que se apagará sola en medio de la madrugada, pero ese día me dio ese feeling. Después volví a despertarme y ya eran como las siete o poco para las ocho, vi tus mensajes que ya estabas en camino y eso ya hizo que saltara de la cama, me duché, me puse de lo más linda y bueno me fui a conocer ese famoso mercado del que tanto hablaban las misias...el mercado San Camilo, si es cierto que se conoce un lugar por su mercado, la gente, las personas que son de la ciudad, te ofrecen todo lo divino para que te lleves un gran recuerdo, claro siendo turista, no...después de caminar varias cuadras por la calle que ya sabía llevaría al centro, desviándose un poco para la derecha esta el mercado, siempre me deslumbran y en mi cara se ve esa genuina expresión de que es una maravilla lo que ven mis ojos.
Como estaba en modo saludable, cono todo ese chicharrón y lechón que se veía, por el bien de mi estómago me decidí a probar esos jugos que vi en los vídeos con un pan con queso, ya sabía que estabas cerca, me lo ibas diciendo cada 15 mins tal vez, te mostré todo ese rico chancho y a petición te llevé una porción...llegaste, íbamos hablando mientras nuestros pies caminaban por automáticamente para el encuentro con el otro, como de costumbre esa sonrisa que nadie me puede quitar siempre y cuando sé que te voy a ver, es algo que me pasa desde el primer día, muy vigente hasta el día de hoy, sabía que ya estabas caminando conmigo en la misma calle y te buscaba con una sonrisa que no trata de ocultar hasta que te vi finalmente justo enfrente de mi, tan guapo, tan galante como siempre lo has sido, me hiciste trampa al usar una chaqueta que no te conocía...claro que lo primero fue besarte y abrazarte, estaba extasiada de al fin estar junto a ti.
Caminamos hablando de trivialidades del día de tu viaje, de mi viaje, de lo feliz que estaba de estar allí contigo, de esta nueva aventura muy de nosotros, ya en el hotel serví el desayuno y yo estaba tan placida viéndote comer, ¿hace cuando no nos sentábamos a comer juntos en la mesa? y es lo que te he dicho, yo de verdad disfruto de cada pequeño momento, trato de guardarlos en ese espacio reservado de mi mente, exclusivo para ellos. Ahora en este segundo encuentro desde que trabajas en Southern, el primero fue en San Valetín, procuro mirarte, tanto como puedo, tanto como me lo permitas, por eso que te mencioné, siempre recordarte, tus facciones, expresiones, todo, porque realmente me encantas.Ya al rato cuando nos acomodamos un momento y nos lavamos y todo listo de nuevo, pasamos por la ahora "supuesta casa de Maria Vargas Llosa, la casa museo" se veía interesante y me a penas que de verdad tu querías asistir, pero decidimos mejor ir al centro y quizás en otro momento haer el tour.
Caminando conseguimos con una agencia de turismo y bueno porque no preguntar que podíamos hacer, yo estaba ligeramente emocionada por el ir a Colca, pero al parecer era algo que se tenía que hacer tipo full day, así que lo que nos recomendó el agente fue visitar los templo que están acá a la vuelta de la esquina para aprovechar mejor el día. Así lo hicimos y fuimos directo a la catedral, lo que me impresionó mucho fue el no encontrar la plaza abarrotada como en Lima, me pregunté a donde se habían ido los turistas o si siempre era así, también podría ser por el comienzo en ese momento del coronavirus, nos adentramos en la catedral para empezar el tour y justo nos tocó con dos chicas que a mi parecer eran norteamericanas, la guía muy agradable y se ve que le gusta lo que hace, muy simpaticamente nos iba contando todos los detalles de la catedral, desde su construcción en el siglo XVIII
Ella misma nos contaba que muchos piensan que como la fachada es bastante grande, a lo horizontal, la verdad es que desde adentro la catedral es de forma vertical y más pequeña de lo que parece, bueno yo estaba impresionada, primero fue construida con sillar, material característico de Arequipa, y muchas de las cosas de la misma eran una mezcla europea y de acá lo cual me pareció muy interesante, las cosas que más me gustaron fueron el pulpito que era de la época neoclasicismo-gótico, al igual el imponente órgano que se encontraba justo al final de la catedral, iba desde el piso hasta el techo asomando casi todos los tubos, ya no recuerdo con exactitud cuantos posee pero sé que son más de mil, la otra parte que me gustó mucho fue el poder haber subido al techo de la misma catedral, fue algo maravilloso y sé que a ti te gustó mucho también, la guía tenía razón se podía ver toda la ciudad en 360, una apena que ya el cielo amenazaba con llover y los icónicos volcanes no se dejaban ver, se veía toda la ciudad y la plaza de armas en todo su esplendor.
Desde el techo de la catedral divisamos en la parte de atrás como pequeños restaurantes en las alturas, con unas mesitas y sus paraguas, nos pareció cuchi y fuimos en su búsqueda, lo encontramos pero la vista que esperábamos no fue la que nos imaginamos, pero era un gran día, estábamos juntos y el clima se sentía rico, pedimos unos tragos y un servicio de ricos tequeños, conversamos, jugamos con los casinos, capturamos el momento con nuestra polaroid y hasta hicimos pequeñas bromas de los españoles que estaban en una mesa atrás.
De allí ya queríamos comer y fuimos por comida a los lado de la plaza en ese segundo piso que parecía albergar un festival de restaurantes pero uno de los chicos no dijo uno de un quinto piso y obviamente fuimos...al subir las escaleras notaba que de a poco me faltaba la respiración y me costaba respirar profundo, pero igual lo logré y traté de desviar ese pensamiento innecesario, sí que tenía una gran vista, no tan alta como la de la catedral pero sí una vista.
Bueno en este lugar que ya ni recuerdo su nombre, solo recuerdo los exhuberantes precios de la comida, lo rico que es una cerveza arequipeña y la torrencial lluvia que empezó a caer, todo el cielo increible estaba gris, y una fuerte precipitación se despojaba de las nubes, me trajo buenos recuerdos de infancia. Después de nuestras cervezas y los tragos del restaurante previo ya estaba en dirección hacia las nubes y me urgía comer antes de que empezara a reírme por todo. Esta vez si fuimos a este segundo piso a un restaurante y nos deleitamos de nuevo con un rico chicharrón, nuestra compañía fue la lluvia que no cesaba, y justo al terminar ya para pagar el mozo nos dice que no aceptan tarjeta, y tu como caballero fuiste a buscar el efectivo en medio de la tempestad. La lluvia seguía tan fuerte como empezó que era imposible caminar y no quedar empapados así que la mejor opción fue un taxi de vuelta al hotel.
De vuelta en el hotel, creo que nos habíamos tardado mucho, pero los dos muy bien sabemos que si nos hubiésemos quedado desde temprano no saldríamos hasta por la tarde noche. El momento en el que nos entregamos, nos hicimos el amor, fue intenso, muy fuerte y yo no quería que se acabara, no me importó hacer el mayor ruido que tu me provocabas, me complacías y yo hacia lo propio contigo, interesante de como pasamos de amantes a salvajes, devorándonos de pies a cabeza, sin mencionar lo oportuno que fue tener ese sillón dentro de la habitación, fue el momento más glorioso, y te apuesto que no dirías lo contrario...después de...nos tomamos una siesta como siempre hacemos, colocamos nuestras alarmas solo quince o treinta mins para en realidad dormir unas dos o tres horas , por supuesta esta no fue la excepción y ya nos levantamos tarde alrededor de las nueve, casi diez, así que nos preparamos, nos alistamos y fuimos a por la vida nocturna arequipeña.
Si soy sincera me decepcionó, esperaba mucha más gente, luces y música por doquier, pero no fue así, si habían bares, discos, se veía que unos funcionaban mejor que otros pero igual no al cien por ciento, había llovido así que eso también jugaba en contra, lo único bueno y no sé si era bueno es que había seguridad, entramos a un bar construido de sillar, fuimos al segundo piso, el punto diferencial hablando en términos publicitarios, es que ofrecían tragos moleculares, aplicaban la ciencia para emborracharte, no fue nuestro caso pero si igual medio previamos y comimos unas ricas pizzas. Entramos en una discoteca que un flaco Pedro Picapiedra estaba promocionando pero la verdad no nos convenció y fuimos un poco más allá, desde afuera se veía que la rumba estaba en su punto máximo, que estaba full de gente y una vez más no fue así, quizas Arequipa la llamaré la ciudad de las ilusiones...lo bueno que sí bailamos y disfrutamos un par de canciones, con un par de tragos fue suficiente y también tarde, la lluvia una vez más nos acompañó en el trayecto hacía el hotel.
Un día sin duda alguna de aventuras, nuevos recuerdos, lo mejor es que estábamos juntos y todo aún más se hizo maravilloso, me gusta Arequipa, y así nos fuimos a dormir como solemos hacerlo, abrazados, haciéndonos cucharita, en la seguridad de los brazos del otro.







