Los días grises,
la balada de una sombra siniestra que respira por las madrugadas
Siempre quiero escribir algo como el poema 20, algo que toque corazones, que se revele como el fin de mi vida, que sea fuerte, que sea intenso y que rasguñe la mente de las personas. Sólo un poema bastaría para dar sentido a mi vida, porque cuando estoy sentado en la oficina, haciendo lo que 5000 personas hacen en esta empresa siento que puedo gobernarlos a todos y que no merezco estar ahí siendo insignificante. Mon Laferte en mis oídos danzan melancólicamente palabras que tocan el alma de una forma trágica, y bien podría decir que fue el objetivo de su existencia, pero yo?
Voy a la iglesia a diario con la excusa de meditar busco a Dios, y sólo veo imágenes bien talladas, un niño mirándome fijamente en los brazos de su madre maría, y esa luz roja que parece el mismo infierno entre tanta calma, el olor a madera húmeda sobre los 3550msnm dentro de una insignificante capilla mi existencia se opaca, se reduce a un humano más con una vida ordinaria, con una mente ansiosa de poder, de dinero y reconocimiento y la vida nunca más será la misma, la vida nunca regresará, pienso en el tiempo y la desgracia de morir y sin embargo parecemos felices siendo infelices creyendo que así es la vida.
La fortuna de estar vivo, la demencia de no saber que hacer en ella, este silencio absoluto, este placer de pintar, de escribir y de con esto sentirme un artista entre tantos obreros e ingenieros. Pues mi mente dice que soy un artista y que por eso soy mejor que todos estos, mi mente dice que sé meditar y que voy al gym, como el 1% de estos mil empleados y que por eso ya soy diferente, que soy mejor, pero entonces ese manto sombrío de realidad me despierta y me recuerda que soy también el 1% de la población que se ha autoconfinado al culo del mundo, a la espalda de la sociedad y que ha subido 3550msnm para ganar algo más de dinero, dinero que a cambio te robas mi vida, mis sueños, mi talento, mis ganas de vivir.
Soy prescindible en esta empresa como en cualquier parte, el secreto esta en dejar de ser prescindible.
El peso de tu mirada en el lomo mas fiero
El dolor más dulce, que brota lágrimas y mueve la comisura de los labios a Dios
El espanto de confirmar las sospecha más loca
El vacío que deja el perder el amor y el calor
La fortaleza del galope de cien caballos tirando de mi piel desgarrándose en un segundo
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