Veía la recepción de los jardines del club todos felices cantando y celebrando la unión de dos personas y una de ellas era el amor de mi vida…
Recordaba cada instante en la iglesia cada mirada que me daba allí con su futura esposa enfrente de Dios cometiendo su primer pecado en matrimonio, viendo otra mujer, amando a otra, a mí. Con cada recuerdo brotaba una nueva lágrima no sé siquiera porque he venido ¿masoquismo, él?, puedo sentir literalmente como mi corazón se rompe pieza por pieza. Siento como lentamente el dolor se va apoderando de mi por mi pecho como una abrasión expandiéndose por todo el cuerpo. Y aún así podía sonreír.
Somos amigos, aunque ya lo dudo...pero nunca fuimos más que eso, aunque nuestros ojos se viera el deseo de cumplir esa promesa que ninguno de los dos tuvo el valor de afrontar. Lo admiraba y le amaba en secreto, para mí un hombre muy completo, sabio, inteligente, ético, culto, todo un universo. Nos complementábamos cuando estamos juntos ya fuera por trabajo, una salidas al cine o ir a un café, se notaba en nuestras postura, el brillo en las miradas y esa complicidad al sonreírnos, me había enamorado y yo sé que él también…
Me estaba buscando, sé que viene a mi búsqueda, como siempre lo hizo para todo menos para el amor, lo sentía junto, y es que así es nuestro vínculo, nuestro querer, tan fuerte tan unido...y es que ahora tiene que ser querer por que no le dimos la oportunidad de llamarlo amor.
Lo miro sentado junto a mí y toma mis manos, sé que está triste no es lo que él quería para su vida, quizás no ahora y mucho menos con la persona incorrecta. -Voy a irme, mañana por la noche sale mi vuelo directo a París.- Le solté en tono de confesión, ya no podía más y ese dolor se apoderó de mí, apretaba mis manos dentro de las de él, pienso que le estaba haciendo daño pero no me importó. Su expresión estaba mezclada con dolor, enojo y tristeza, no decía nada.
- Me han ofrecido un puesto en una editorial pequeña, he dicho que sí, además ya no tengo a nadie que me mantenga aquí.- pude ver cómo cerraba los ojos con fuerza al decir esto último, le duele tanto como a mí.
- Realmente no sé por qué estoy aquí Harry, he estado todo el día buscando una explicación y quizás sea para despedirme pero aún no estoy segura de que esa sea la razón.- saco mis manos y tomo su cara, con delicadeza paso mi mano por sus mejillas, le miro, brota lágrimas de dolor al igual que yo y aún así le sonrío melancólicamente. Tomo valor respiro profundo y mantengo su cara fija a mi altura, cuando pronuncio “te amo”.
Lo dejé, me fui tan rápido como pude, tan rápido el dolor me dejaba avanzar, sentía que dejaba una parte de mi, gran parte de mi corazón se había quedado con él en esa fiesta absurda, hipócrita, me ahogo en la rabia por no haber tenido el valor, por no hacerle siquiera señales para que sospechara, como me dolía verlo irse con otras chicas a fiestas, coquetearles y muchas veces frente de mí, cada paso que daba era una estocada más profunda en mi cuerpo, caminaba con las ansias de llegar al estacionamiento y dejar a lo que más amaba.
Ni sabía si tendría luna de miel, ni siquiera me importaba, todo sucedió tan rápido, aún estoy en el proceso de digerir el hecho de que se iba a casar...necesito actualizarme, ya es un hecho que es marido de una mujer. Recuerdo su cara al darme la invitación, su expresión de fingida felicidad, su dolor al saber que rompía mi corazón, su decepción de haberse fallado así mismo.
Tengo que actualizarme, me digo una y otra vez camino a casa, está casado y esperando su primero retoño...sí, por eso se casó, por cumplir, por no salirse de su ética, de sus principios, es una excepción a ese lema “hijos no amarra hombre”. Me sentía destruida, más crecía la abrasión, más sentía el fuego, el dolor punzante, ya había dado rienda suelta para desahogar mis lágrimas, ya todo estaba dicho y hecho. Solo faltaba tomar mi maleta e irme; nuevamente buscando más aventuras empezando una travesía que supuestamente sería para ambos y en su país de ensueño, la cuidad del amor, esto último es lo menos que buscaré, me rehúso, aunque no haya pasado mucho entre ambos, ha puesto la valla muy alta, quizás y no hay nadie después de haberlo conocido a él.
No comments:
Post a Comment