
Así eramos nosotros:
La perfecta combinación de sangre sudor y semen
Porque en esos días cuando ella me montaba con sus piernas fuertes y
permitía que el miembro la penetrase, yo sabía que lo que buscaba era placer y dolor o placer en el dolor.
Su corto cabello se sacudía y el sudor deslizándose por su espalda mientras la sangre espesa se mezclaba con semen produciendo el escenario de una batalla en la que ambos ganábamos y perdíamos, porque luchábamos sabiendo que al final moriríamos pero de placer.
Cuando pienso en ella puedo ver mis dedos en su boca y el brillo de sus ojos rojos, y puedo sentir y oler la mezcla espesa de la sangre sudor y semen.
Al fin de la batalla, me coloco los audífonos y le subo el máximo volumen a la melancolía de Beret y puedo sentir que pierdo la vida suavemente en un orgasmo de 2.5 segundos
No comments:
Post a Comment