Ciertamente
el mundo no se detiene, las millones de cabezas haciendo sus cosas yendo de aquí
para allá sabiendo y sin saber que hacer.
Yo, me cuento entre una de ellas, una cabeza
más, pero una cabeza distinguida, camino y miro alrededor como cuestionando
todo, adoptando la actitud Miloriana, dueño y ajeno de todo. Bebo café con la
intención de alterar mis sentidos, de sentir esa excitación mental que me
inspira siempre a pensar y escribir, luego bebo mucha agua como expurgando la
culpa de la cafeína en mi organismo.
El mundo es demasiado amplio y repleto de lugares
y personas, pero yo busco esa quietud, esa armonía de mente y cuerpo, agradezco
que el trabajo me lleve por distintas experiencias, pero a cambio le entrego mi
tiempo y mi vida y eso no lo disfruto. Este mundo económico que gira en función
a cuánto dinero acaparas. Quizás me confundí de tiempo al nacer ahora, quizás
debí haber nacido en una época menos industrializada y más idealista.
Escribo con la intención que un día mis nietos, puedan entender la vorágine de mi mente, quizás uno de ellos tenga las mismas inquietudes y sienta las mismas cosas que yo, ese afán de alcanzar cosas, ese afán de distinción, esos complejos ocultos en una triste megalomanía, quizás alguno al leer se sienta identificado/a y entienda que no está sólo, que en algún momento alguien también sintió lo mismo y que no es el "fin del mundo" y que a pesar del tiempo somos mentes cómplices.
No comments:
Post a Comment